
El nido
Una historia que nos invita a parar y mirar esos pequeños detalles que nos ofrece la vida y que pasan desapercibidos. Que nos muestra que, cuando una puerta se cierra, otra se abre y que hay que saber mirar la vida con los ojos de un niño.
A Sandra le encanta el otoño. Sus colores, las hojas, el clima… pero se enfada mucho cuando llega el invierno. Es la estación del año que más odia. Hace frío y los árboles no tienen hojas. Toda la semana lo pasa fatal: llueve, nieva, hace frío…pero aprenderá a mirar esos pequeños detalles que nos da la vida y que conseguirán que cambie de idea y le guste el invierno.
Pensé en esta historia un día que llevaba a mi hijo rápido al colegio. Él iba montado en un patinete anclado al carro de su hermana y, mientras yo iba deprisa porque no llegábamos al colegio, él me dijo: “mira mamá, a ese árbol solo le queda una hoja”. Era finales de otoño y él, que no entendía de prisas ni de horarios, se fijó en ese pequeño detalle, imperceptible para mí en ese momento. Esto me hizo pensar en el tiempo, las prisas y la infancia.
“El nido” salió publicado en octubre del 2019. Tuve la suerte de contarlo y presentarlo en muchos sitios antes de que llegara la pandemia a nuestras vidas. El boca a boca también ha ayudado mucho a que más maestros, maestras y familias conozcan la historia de Sandra.
Un cuento que habla de la frustración, de aprender a calmarnos y buscar soluciones a cualquier contratiempo. Una historia que ayudará a los más pequeños y a los mayores a parar un poco el ritmo y disfrutar juntos de los momentos más importantes de la vida.